viernes, 12 de mayo de 2023

LA ORATORIA

 La literatura barroca es el conjunto de obras literarias que se produjeron en el Barroco, el período histórico cultural que tuvo lugar en Europa e Hispanoamérica en el siglo XVII y comienzos del XVIII.

Es una obra básica para comprender la función de los sermones como indicadores de la mentalidad de la época, o la función social de los predicadores como valedores oficiales del Antiguo Régimen y la Contrarreforma. Este estudio contribuye a un conocimiento más completo de la doctrina católica, tal y como se presenta en los sermones sevillanos del siglo XVII, así como la cultura y mentalidad de la Sevilla de este siglo, a través de un grupo de elite vinculado al estamento religioso.



CARACTERISTICAS

 La literatura barroca se caracterizó por el interés en el detalle, los efectos y la exuberancia formal de aquella época. Por lo mismo, fue característico el uso excesivo de las figuras literarias, tales como la adjetivación, la elipsis, la metáfora, el hipérbaton, la antítesis y la perífrasis.



GENEROS LITERARIOS

 La novela. Con este género surgió la posibilidad de la sátira y la burla, que empleaba un lenguaje altisonante, figuras retoricas y alusiones mitológicas. La novela picaresca tuvo su auge en este período.

La poesía. Dentro de la poesía hubo dos corrientes principales: el culteranismo, que ponía el foco en la estética del lenguaje y no tanto en su mensaje (su máximo exponente fue Luis de Góngora), y el conceptismo, que puso el foco en el vínculo entre palabras y conceptos.

El teatro. El teatro alcanzó en el Barroco uno de sus puntos más altos, con comedias satíricas y autos sacramentales.


                           

AUTORES

 

  • Luis de Góngora, España, 1561-1627. Obras más representativas: Fábula de Polifemo y Galatea; Soledades.
  • Lope de Vega, España, 1562-1635. Obras más representativas: Fuenteovejuna; El perro del hortelano.
  • Francisco de Quevedo, España, 1580-1645. Obras más representativas: Sueños y discursos; El Parnaso español; Historia de la vida del Buscón.
  • Tirso de Molina, España, 1579-1648. Obras más representativas: El burlador de Sevilla; El condenado por desconfiado; El vergonzoso en palacio.
  • Pedro Calderón de la Barca, España, 1600-1681. Obras más representativas: La vida es sueño; El gran teatro del mundo; El príncipe constante.
  • Sor Juana Inés de la Cruz, Nueva España, 1648-1695. Obras más representativas: Divino narciso; Redondillas; Primero sueño; Los empeños de una casa.
  • John Milton, Inglaterra, 1608-1674. Obras más representativas: El paraíso perdido; Veintitrés sonetos; Comus; Arcades.
  • Giovan Battista Marino, Italia, 1569-1625. Obras más representativas: Le Rime; La lira; 'L'Adone'.
  • Jean-Baptiste Poquelin o Molière, Francia, 1622-1673. Obras más representativas: Tartufo; El enfermo imaginario; El médico a palos.
  • Jean Racine, Francia, 1639-1699. Obras más representativas: Fedra; Andrómaca; Ifigenia.

OBRAS LITERARIAS

En cuanto a la prosa de ficción, se produce mucho la novela picaresca con autores como: Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán, y el Buscón, de Quevedo, que siguen, con mayor o menor fidelidad, el modelo del Lazarillo. 

Otra obra importante es El criticón, de Baltasar Gracián, es una novela alegórica que da una visión del mundo pesimista.

Pero la novela más destacada de este periodo es Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, obra con la que se inicia la novela moderna.



PINTURA

 Cristo Crucificado, de José de Ribera (Museo Diocesano de Arte Sacro, Vitoria-Gasteiz)

Uno de los crucificados más impresionantes de la pintura barroca. Se conserva en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Vitoria-Gasteiz, procedente del desaparecido convento de Santo Domingo, y está considerado una de las mejores representaciones de Cristo crucificado de la pintura española. Ante un fondo neutro y acusadamente oscuro, que refuerza la idea del eclipse bíblico que acompañó la muerte de Cristo, se levanta la figura de Jesús en la cruz, con el cuerpo blanco y contorsionado en un forzado contrapposto. La única fuente de luz es su cuerpo, puesto que incluso el paño de pureza es de una tonalidad parecida a la del madero de la cruz a la que está clavado. La escena parece recoger el momento en que Cristo eleva la vista hacia el cielo y murmura: “Todo ha concluido. Consumatum est.



Bóveda con la Apoteosis de la monarquía española, de Luca Giordano (Museo del Prado, Madrid)

Este fantástico techo, realizado a finales del siglo XVII mediante la técnica del falso fresco, se puede contemplar actualmente en la Biblioteca del Museo del Prado, en Madrid. Originalmente la bóveda perteneció al antiguo Salón de Embajadores del Palacio del Buen Retiro, un lugar de descanso y ocio que mandó construir el conde-duque de Olivares para el rey Felipe IV.



Bodegón, de Clara Peeters (Museo del Prado, Madrid)

El género de las naturalezas muertas no ha estado muy bien considerado en la historia del arte, a pesar de que se trata de un género que requiere un gran detallismo y, por supuesto, una indiscutible capacidad para captar texturas y superficies. Una obra maestra del género es, sin duda, este Bodegón de la pintora Clara Peeters.



Las tres gracias, de Rubens (Museo del Prado, Madrid)

Al parecer, Rubens realizó este lienzo, uno de los más famosos de su obra, para su propio disfrute, como demuestra el hecho de que, a su muerte, se encontrara entre su colección personal. De hecho, los rasgos de la mujer de la izquierda son muy parecidos a los de su segunda esposa, Helena Fourment, con la que Rubens se casó cuando esta contaba solo dieciséis años y él, cincuenta y tres. Desde la antigüedad, es habitual encontrar el motivo de las Gracias relacionado con esponsales, así que no parece descabellado suponer que el artista pintara el cuadro como homenaje a su propio enlace. Las tres figuras se alzan voluptuosas y juntan sus manos en lo que parece ser una especie de danza. Es, efectivamente, uno de los cuadros más elegantes y sensuales del artista.



MUSICA

 Su base estaba constituida por instrumentos de cuerda frotada y el bajo continuo. El resto de los instrumentos (viento y percusión) no eran fijos, sino que variaban en función de la composición.



Las diferentes formas vocales durante el periodo Barroco son:

La cantata

Obra para ser cantada, que surgió de la evolución del madrigal. Puede estar escrita sobre textos religiosos o profanos. Está formada por arias y recitativos. Se diferencia del oratorio en que el coro tiene menor importancia y en que tiene un carácter lírico en lugar de dramático (los personajes no intervienen en la acción). En la cantata intervienen solos, coros y orquesta.

El oratorio

Toma su nombre de los Oratonos de San Felipe Neri, en Roma, y en cierta forma es una evolución del motete. Se escribe sobre texto bíblico y participan solistas, coro y orquesta. Los personajes no actúan, sino que solamente cantan una historia, un drama de carácter religioso.

La pasión

Drama litúrgico sobre la pasión y muerte de Cristo. Puede usar la lengua latina o la lengua vulgar y se escribe para solistas, coro y orquesta. Al igual que en el oratorio, tampoco se actúa. Está protagonizada por un evangelista, que narra la historia mediante el recitativo, por los propios personajes del Evangelio y el pueblo. El elemento unificador son los corales que se repiten.

La ópera

Representación escénica de carácter lírico-dramático, donde alternan recitativos, arias e intervenciones orquestales. El recitativo consistía en una única melodía cantada (monodia), a medio camino entre el lenguaje hablado y el canto, acompañada por diversos instrumentos.

Tenía una orientación dramática, y los personajes dialogan entre sí. Decorados y escenografías exigen unos marcos especiales. Sus partes más importantes son: la obertura (instrumental), los coros (voces), los interludios (instrumental), las arias (solos en voces) y, ocasionalmente, el ballet.

Las formas instrumentales durante el Barroco son:

La Sonata

Obra para ser sonada, es decir, para ser tocada, por oposición a una obra cantada o cantata. Suele constar de cuatro movimientos, alternando rápido-lento. Se puede escribir para uno, dos o tres instrumentos, e implica la presencia de un bajo continuo, si no se indica lo contrario, No debe ser confundida con la sonata clásica.

La suite

Sucesión de danzas populares, alternando un aire rápido y uno lento. Tuvo su origen en las danzas populares que se cantaban en la Edad Media. En el Barroco se interpretaban con instrumentos y aparecían reunidas en una sola obra. Sus cuatro tiempos basados en aires de danza suelen ser alemanda, polonesa, bourré y zarabanda. Otros tipos de danza son courante, giga, paspié, minueto, etc.

El preludio y la tocata

Éstas eran piezas breves compuestas solo para instrumentos de teclado.

La fuga

Es la forma más compleja que se conoce en la polifonía occidental. Además de ser una forma musical instrumental, puede ser también vocal. La melodía principal se llama motivo y es imitada por la respuesta. Se alternan motivo y respuesta dentro de un estilo contrapuntístico imitativo. Es divisible en tres partes: exposición temática, divertimento o desarrollo y stretto conclusivo.

El concerto grosso

El nombre de concerto, «concierto», viene del vocablo latino concertare, que significa “luchar, disputar, combatir”. Un grupo de instrumentos solistas (concertino), generalmente violines, contrasta con el resto de la orquesta (tutti o ripieno). El concierto suele constar de tres movimientos, alternándose los rápidos con los lentos, como sucede en la sonata. El concierto actual, que es una de las más importantes manifestaciones de la música culta, tuvo su origen en el concierto barroco.

El concertó solista

Similar al concertó grosso, pero aquí solo hay un instrumento solista. Esto permite un más alto grado de virtuosismo.


ARQUITECTURA

La arquitectura barroca se desarrolló entre finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVIII aproximadamente. Surgió en Italia y desde allí se extendió a toda Europa. Se irradió también en América Latina por medio de la colonización.

En la arquitectura barroca domina la riqueza ornamental, la monumentalidad, el efectismo, la teatralidad y la espectacularidad. Sin embargo, el barroco no fue un estilo unificado, sino una tendencia que se interpretó de manera particular en cada país y región.


Interior del Palacio de Versalles. Salón de los espejos.

 

LA ORATORIA

  La literatura barroca es el conjunto de obras literarias que se produjeron en el Barroco, el período histórico cultural que tuvo lugar en ...